Con motivo del 8M, Día Internacional de la Mujer, hablamos con Pilar Ruiz sobre su inspiradora transformación profesional y los retos de ser mujer con discapacidad en el mundo laboral y en especial en el sector tecnológico.
Gracias a los programas #IMPACTinclude (ciberseguridad) y #Aliada (accesibilidad digital) de la Fundación GoodJob, pasó de la atención al público a la accesibilidad digital, demostrando que la edad o la discapacidad no son límites, sino una parte más de su perfil.
Pilar está actualmente en un proceso de integración con la Fundación GoodJob en MTP como Consultora de Accesibilidad.
«Las oportunidades existen cuando se apuesta por la inclusión real.»
¿Qué ha supuesto para ti comenzar a trabajar en el sector tecnológico?
Ha supuesto un gran reto y una gran oportunidad. Me ha permitido reinventarme, adquirir nuevas competencias como la accesibilidad digital. Poner mi granito de arena para conseguir normalizar y no tener que convencer de que no es capricho, sino que forma parte de los derechos humanos el garantizar que todas las personas, sin importar su discapacidad, puedan acceder, interactuar y disfrutar de la tecnología de forma igualitaria.
Ahora me siento con más confianza en mis capacidades. Es un cambio positivo que me ha abierto nuevas puertas y que espero seguir aprovechando al máximo.
Tras pasar por los Programa IMPACT#include (ciberseguridad) e IMPACT#aliada (accesibilidad digital), ¿Qué destacarías de este Programa?
El Programa IMPACT#include y #aliada han supuesto un antes y un después en mi formación y desarrollo profesional. Gracias a ellos, he podido adquirir conocimientos en ciberseguridad y accesibilidad digital, áreas que antes veía como lejanas y que ahora me apasionan.
No solo nos proporcionan herramientas técnicas, sino que también fomentan la confianza en nuestras capacidades y nos muestran que podemos aportar valor al sector tecnológico sin importar nuestro anterior bagaje laboral y académico.
El apoyo de las preparadoras laborales, las ponencias con grandes profesionales del sector y cada uno de los compañeros de formación, me han aportado y han sido clave para motivarme a seguir creciendo en este ámbito.
Para alguien como yo, con una trayectoria previa tan dispar al mundo tecnológico y estudios mínimos, estos programas han sido una oportunidad real para reinventarme profesionalmente y ampliar mis horizontes laborales.
Durante más de 20 años trabajé en comercios familiares, lo que me ha permitido adquirir una gran capacidad de organización, atención al detalle y resolución de problemas, competencias que ahora puedo aplicar también en el sector tecnológico.
¿Qué desafíos has enfrentado como mujer con discapacidad en tu vida diaria?
Uno de los mayores desafíos ha sido demostrar que la discapacidad no es una limitación, sino una característica más dentro de mi perfil profesional y personal.
Muchas veces, las oportunidades laborales son escasas porque aún persisten prejuicios sobre lo que una persona con discapacidad puede o no puede hacer.
En el ámbito personal, la sociedad sigue teniendo una visión asistencialista de la discapacidad, y en ocasiones se nos infantiliza o se duda de nuestra autonomía. Es por ello que tendemos a ocultar discapacidades cuando son irrelevantes para puestos de trabajo solicitados en vez de normalizar y explicar que no son factores importantes. Que puedo adaptarme, aprender y aportar valor en cualquier entorno.
¿Cuáles crees que son las mayores barreras que se encuentra una mujer con discapacidad para entrar en el mercado laboral?
• Falta de oportunidades laborales reales: Muchas empresas aún no están concienciadas sobre la importancia de la inclusión y prefieren no contratar a personas con discapacidad por desconocimiento o miedo a realizar adaptaciones.
• Prejuicios y estereotipos: Se tiende a subestimar nuestras capacidades y se nos encasilla en determinados roles, lo que limita nuestras posibilidades de desarrollo en otros sectores.
• Dificultades en la accesibilidad: Tanto en los procesos de selección como en los entornos laborales, muchas veces no se tienen en cuenta nuestras necesidades específicas.
• Conciliación y apoyos: Para muchas mujeres con discapacidad, la conciliación entre la vida personal y laboral puede ser aún más compleja si no existen medidas de flexibilidad o apoyo.
¿Puedes compartir alguna experiencia positiva que hayas tenido en tu proceso de integración con la Fundación GoodJob?
Desde el inicio, la Fundación GoodJob ha sido un apoyo fundamental en mi formación y desarrollo profesional y personal.
Como parada de larga duración, realizando formaciones constantemente en diferentes centros, Goodjob ha sido la que me ha abierto las puertas, han confiado y me ha brindado la oportunidad de poder ejercer como consultora de accesibilidad digital con una mentora excepcional como Melanie Caballero de MTP. Sentir que formas parte de un equipo que te apoya y te impulsa es algo que no tiene precio.
¿Qué significa para ti el Día Internacional de la Mujer?
Para mí, el Día Internacional de la Mujer es una fecha de reivindicación y reflexión. Es una oportunidad para recordar a nuestros hijos, el camino recorrido por tantas mujeres que han luchado por nuestros derechos y para visibilizar las barreras que aún existen en muchos ámbitos, especialmente en el laboral.
Como mujer de 53 años y con discapacidad, este día también tiene un significado especial, porque nos enfrentamos a una triple discriminación: por género, por edad y por discapacidad. A pesar de los avances, seguimos encontrando dificultades para poder conciliar familia, tener acceso a empleos de calidad, formaciones adaptadas y oportunidades reales de desarrollo profesional.
Por eso, este día no solo es una celebración, sino también un recordatorio: Somos mujeres resilientes. Sumamos experiencias y ganas de superación constante para seguir trabajando por una sociedad más justa e inclusiva.
¿Qué cambios te gustaría ver en la sociedad para mejorar la inclusión de las mujeres con discapacidad?
Me gustaría que hubiera una mayor sensibilización y educación sobre discapacidad en todos los ámbitos, desde las escuelas hasta las empresas. Es fundamental que se rompan los estereotipos y se entienda que la discapacidad no es una barrera insalvable.
La sociedad debe ser educada de alguna forma para vivir y aceptar lo distinto. Normalizar lo diferente, es decir, ser tolerante unos con otros, es la responsabilidad social de cultivar y educar las diferencias.
¿Qué mensaje te gustaría compartir con otras mujeres con discapacidad en este Día Internacional de la Mujer?
Les diría que no dejen que nadie les diga hasta dónde pueden llegar. Que sigan formándose, explorando nuevas oportunidades y luchando por sus sueños.
¿Qué papel crees que juegan las organizaciones como la Fundación GoodJob en la promoción de la igualdad de género?
No solo facilitan el acceso al empleo y la formación, sino que también trabajan para cambiar la mentalidad de las empresas y de la sociedad en general.
Me gustaría hacer mención especial a las empresas que colaboran con la Fundación GoodJob ya que son el engranaje para que podamos ejercer y demostrar nuestras valías. Apuestan por nosotros ofreciéndonos mentorías, tiempo y conocimientos prácticos en un entorno laboral acoplado a nuestras capacidades.
Gracias a ellas, muchas mujeres con discapacidad han podido acceder a oportunidades que de otro modo habrían sido inaccesibles.
En este #DíaDeLaMujer, reivindicamos más formación, empleo digno y una sociedad que normalice la diversidad.